Un gran liderazgo es la clave de tu éxito como entrenador deportivo. Una gran comunicación es la clave para un gran liderazgo.
Piensa en cualquier gran líder de cualquier época: Gandhi, Martin Luther King, John F. Kennedy, la Madre Teresa y Jesucristo podrían venir a tu mente de inmediato. Eran líderes poderosos porque podían inspirar a la gente a seguirlos.
Fue su capacidad para articular su visión lo que los hizo exitosos en el logro de sus objetivos.
En tu equipo deportivo debes ser el líder que inspira a los jugadores a querer llegar a grandes alturas.
Para lograr que te sigan, asegúrate de que estén escuchando tus valores y tu visión, y luego establece el entorno adecuado para que progresen y crezcan.
Valores
Cuando decimos valores, todos asienten con la cabeza como si, por supuesto, fuera algo obvio.
Pero tu equipo debe conocer claramente tus valores personales y los valores de tu organización para liderar de manera efectiva.
Por ejemplo, ¿te vienen fácilmente a la mente las respuestas a estas preguntas?
Personalmente:
1. ¿Qué defiendes?
2. ¿Qué es lo más importante para ti?
3. ¿Qué te gustaría que tu vida demostrara?
4. ¿Cuál es tu misión personal en la vida?
Profesionalmente:
1. ¿Qué defiendes?
2. ¿Qué está dispuesto a hacer para obtener nuevos campeonatos?
3. ¿Qué no estás dispuesto a hacer?
4. ¿Tienes una declaración de misión profesional?
Los líderes de calidad no cambian sus valores con el tiempo o para lograr el éxito a corto plazo.
Los sistemas de valores consistentes forman la base sólida para el éxito a largo plazo.
Una definición simple es que tus valores son las reglas con las que juegas.
Un sistema de valores bien definido hace que todas las decisiones sean más fáciles y alienta a tu equipo a ir a donde tú lideras.
Visión
Es fácil decir que tienes una visión para tu equipo. Es tu sangre vital. Lo sabes de adentro hacia afuera.
Escribirla es el siguiente paso.
Compartirlo ampliamente con tu equipo también es imperativo. Aún más importante, tu visión del equipo debe proporcionar una imagen unificadora para que todos los jugadores, independientemente de la posición, puedan ver exactamente hacia dónde se dirigen y la importancia de su papel para llegar allí.
Por lo tanto, cuanto más claro sea el concepto y más claro (es decir, breve y simple) el mensaje, más probable es que tu y tu equipo puedan lograr la meta.
Tu visión necesita responder a tres preguntas. Y debe responder esas tres preguntas para todos en el equipo.
1. ¿Qué hacemos?
2. ¿Cómo lo hacemos?
3. ¿Para quién lo hacemos?
Como demostró Jim Collins en su libro From Good to Great, este no es un ejercicio de 30 minutos en una sola reunión. Esto requiere el 100% de participación. No puede ser una decisión de arriba hacia abajo. Debe ser iterativo e inclusivo.
Entorno
Andrew Carnegie dijo: “Debes capturar y mantener el corazón del hombre original y supremamente capaz antes de que su cerebro pueda hacer lo mejor”.
Cuando comprendes cuál es el núcleo de los miembros de tu equipo, puedes servirlos y permitirles alcanzar su máximo potencial.
Valora su singularidad. Los miembros de tu equipo son, como pasa a nivel de empresa, tus clientes internos.
Debes tratarlos al menos tan bien como a los clientes externos. Este es el nivel más alto de servicio al cliente.
Forma el entorno de trabajo adecuado y tendrás miembros de equipo leales para liderar.
Eso significa que tienes que crear un ambiente de trabajo que respete a cada persona, los aprecie y premie su esfuerzo, y fomente la apertura al cambio.
Conviértelo en un entorno seguro, que anime a probar nuevas ideas.
Cuando das rienda suelta a la creatividad personal, cada miembro del equipo tiene un interés en el resultado.
Es un ambiente que promueve el crecimiento en todos los niveles.
Combina los tres elementos y tendrás una fórmula para inspirar la grandeza y conducir al éxito sin precedentes.
No esperes más.
¡Hazlo ahora!